Es común que al finalizar uno la secundaria o la prepa, uno de los maestros, o algún familiar o amigo, nos haga la siguiente pregunta: ¿CÓMO TE VEZ EN 10 AÑOS?
A esa edad, mas en la preparatoria; uno empieza a visualizar su porvenir, y deja echar a volar la imaginación; visualizándose como alguien triunfante, con un buen puesto en algún trabajo, o incluso con su propio negocio ya establecido. Teniendo un sueldo envidiable, o al menos que le permita vivir bien. Y teniendo una buena familia, con un hogar acogedor. En pocas palabras; en nuestros sueños tenemos todo lo mejor. Pero no debemos olvidar lo que en una canción supo plasmar el maestro GABRIEL RUIZ “SE HA DICHO QUE LOS SUEÑOS, SUEÑOS SON…” y pareciera que un sueño es inalcanzable, pero hay una manera de hacerlos un poco mas alcanzables; es cuando entran al juego las ilusiones.
Digamos que el sueño es el principio, el que nos muestra un panorama que deseamos sea nuestra vida. Cuando ya lo hemos visto el panorama nos llega el anhelo de alcanzarlo, y es cuando empezamos la búsqueda del camino para llegar a tan prometedora meta. El misterio de emprender nuestro camino, el no saber que va a pasar, y tener en cuenta la meta deseada, es lo que nos alienta la ilusión por hacer que nuestro sueño se haga realidad.
Pero ¿Quién nos aseguro que llegar a él era fácil?, la búsqueda de ese camino esta cargada de obstáculos y de pruebas, que al final, nos darán fuerza para resistir lo que se pueda presentar; la sabiduría de pensar como hacer las cosas; el temple y sobre todo la felicidad completa. Sin embargo no es un camino sencillo; debe uno estar preparado, desde el inicio; que buscar las metas que nos proponemos no son tan sencillas. Desde el principio uno debe tener un sentido realista, sin dejar de lado la ilusión y la capacidad de soñar; de esta forma no siente tan duro el porrazo de la caída, al no ver concretados sus sueños a la brevedad.
Es precisamente eso, la falta de paciencia, la que hace que mucha gente sienta desesperación de no ver realizadas ninguna de las metas que en el pasado se propuso. Vivimos en una sociedad en la que la gran mayoría se esta acostumbrando a que las cosas deben de ser inmediatas; ya no solo lo dejo esto a la tecnología de comunicación o de otra índole; también esa falta de paciencia se esta reflejando en las ilusiones, creencia espiritual o deseos. Queremos respuesta inmediata a nuestras ilusiones, queremos que nuestra fe sea de entrega inmediata; y al no ver respuesta pronta, pueden suceder dos cosas; o se busca otro camino para poder conseguirlo; o uno busca refugio en la frustración, que lo llevará a perder la ilusión de llegar a su meta y lo hará caer en el conformismo y a no encontrar la puerta a su sueño.
Pongamos de ejemplo a los estudiantes que recién se gradúan. Transcurridos cuatro años, o los que su carrera les exige, salen muy alegres y con la ilusión de encontrar un trabajo que les compense los años de estudio, y así emprender el camino a lo que ellos consideran su éxito personal, su sueño anhelado. Su primer tope comienza cuando llega su primera entrevista de trabajo, deben competir por conseguir el puesto de sus sueños; Algunos tendrán la suerte de entrar en el medio que desean desenvolverse rápidamente, otros deberán esperar un tiempo hasta conseguir entrar; y otros quizá se dedicarán a otro aspecto completamente diferente al que alguna vez soñaron; y como dije a este punto se llega: cuando ven que las oportunidades se le van negando, cuando en su trabajo no tiene oportunidad de crecimiento o que esa persona no vea pronta respuesta, cuando ve que otros están posicionándose y siente la prisa por estar igual que sus compañeros. Esos y varios aspectos mas; van provocando que poco a poco uno vaya visualizando su sueño meta mas distante, poco a poco la chispa de la ilusión se le va apagando, y cuando llegan a ese punto que ya no sienten ilusión por conseguirlo; entonces se quedan estancados y conformándose con lo que tienen. En cambio hay quienes no se conforman y siempre andan en la búsqueda de más. Poniendo un ejemplo, alguien que logra entrar desde el inicio al medio que se quiere dedicar. Tampoco es algo sencillo llegar a su meta en esos casos, por lo general para sentirse de verdad satisfechos empiezan desde abajo, en donde tuvieron que pasar horas en vela para cumplir lo que su jefe inmediato les pide, o pasar horas extra en su área de trabajo para asegurarse que su trabajo sea el mejor, o destacable; a lo mejor tienen que lidiar con el Stress y de mas situaciones. Son momentos que le llegan a pesar a uno; pero cuando uno mantiene la ilusión de que no es ahí donde se quiere quedar y desea buscar más; aún esos momentos de que uno desea tirar la toalla los disfruta; pues en eso consiste realmente el amar lo que uno hace. Ese esfuerzo a la larga se reconoce y es recompensado con subir de nivel en el trabajo, y en esa otra área enfrentará otros retos, quizá aun mas estresantes, pero si mantiene su ilusión de llegar a realizar su sueño nuevamente se vera recompensado. Eso es luchar por lo que uno desea, esa puede ser una respuesta para conseguirlo, aunque no es la única.
Y Así como todos en la secundaria o preparatoria nos preguntaron como nos vemos en 10 años; también a todos nos llega el momento de detenernos en nuestro andar y preguntarnos ¿Qué hemos hecho de nuestra vida?, muchos revisarán su pasado y verán que con las dificultades, pero poco a poco ha ido cubriendo una parte del sueño que algún día tuvo; otros observarán y se sentirán que hasta el momento no han visto cumplidas
A esa edad, mas en la preparatoria; uno empieza a visualizar su porvenir, y deja echar a volar la imaginación; visualizándose como alguien triunfante, con un buen puesto en algún trabajo, o incluso con su propio negocio ya establecido. Teniendo un sueldo envidiable, o al menos que le permita vivir bien. Y teniendo una buena familia, con un hogar acogedor. En pocas palabras; en nuestros sueños tenemos todo lo mejor. Pero no debemos olvidar lo que en una canción supo plasmar el maestro GABRIEL RUIZ “SE HA DICHO QUE LOS SUEÑOS, SUEÑOS SON…” y pareciera que un sueño es inalcanzable, pero hay una manera de hacerlos un poco mas alcanzables; es cuando entran al juego las ilusiones.
Digamos que el sueño es el principio, el que nos muestra un panorama que deseamos sea nuestra vida. Cuando ya lo hemos visto el panorama nos llega el anhelo de alcanzarlo, y es cuando empezamos la búsqueda del camino para llegar a tan prometedora meta. El misterio de emprender nuestro camino, el no saber que va a pasar, y tener en cuenta la meta deseada, es lo que nos alienta la ilusión por hacer que nuestro sueño se haga realidad.
Pero ¿Quién nos aseguro que llegar a él era fácil?, la búsqueda de ese camino esta cargada de obstáculos y de pruebas, que al final, nos darán fuerza para resistir lo que se pueda presentar; la sabiduría de pensar como hacer las cosas; el temple y sobre todo la felicidad completa. Sin embargo no es un camino sencillo; debe uno estar preparado, desde el inicio; que buscar las metas que nos proponemos no son tan sencillas. Desde el principio uno debe tener un sentido realista, sin dejar de lado la ilusión y la capacidad de soñar; de esta forma no siente tan duro el porrazo de la caída, al no ver concretados sus sueños a la brevedad.
Es precisamente eso, la falta de paciencia, la que hace que mucha gente sienta desesperación de no ver realizadas ninguna de las metas que en el pasado se propuso. Vivimos en una sociedad en la que la gran mayoría se esta acostumbrando a que las cosas deben de ser inmediatas; ya no solo lo dejo esto a la tecnología de comunicación o de otra índole; también esa falta de paciencia se esta reflejando en las ilusiones, creencia espiritual o deseos. Queremos respuesta inmediata a nuestras ilusiones, queremos que nuestra fe sea de entrega inmediata; y al no ver respuesta pronta, pueden suceder dos cosas; o se busca otro camino para poder conseguirlo; o uno busca refugio en la frustración, que lo llevará a perder la ilusión de llegar a su meta y lo hará caer en el conformismo y a no encontrar la puerta a su sueño.
Pongamos de ejemplo a los estudiantes que recién se gradúan. Transcurridos cuatro años, o los que su carrera les exige, salen muy alegres y con la ilusión de encontrar un trabajo que les compense los años de estudio, y así emprender el camino a lo que ellos consideran su éxito personal, su sueño anhelado. Su primer tope comienza cuando llega su primera entrevista de trabajo, deben competir por conseguir el puesto de sus sueños; Algunos tendrán la suerte de entrar en el medio que desean desenvolverse rápidamente, otros deberán esperar un tiempo hasta conseguir entrar; y otros quizá se dedicarán a otro aspecto completamente diferente al que alguna vez soñaron; y como dije a este punto se llega: cuando ven que las oportunidades se le van negando, cuando en su trabajo no tiene oportunidad de crecimiento o que esa persona no vea pronta respuesta, cuando ve que otros están posicionándose y siente la prisa por estar igual que sus compañeros. Esos y varios aspectos mas; van provocando que poco a poco uno vaya visualizando su sueño meta mas distante, poco a poco la chispa de la ilusión se le va apagando, y cuando llegan a ese punto que ya no sienten ilusión por conseguirlo; entonces se quedan estancados y conformándose con lo que tienen. En cambio hay quienes no se conforman y siempre andan en la búsqueda de más. Poniendo un ejemplo, alguien que logra entrar desde el inicio al medio que se quiere dedicar. Tampoco es algo sencillo llegar a su meta en esos casos, por lo general para sentirse de verdad satisfechos empiezan desde abajo, en donde tuvieron que pasar horas en vela para cumplir lo que su jefe inmediato les pide, o pasar horas extra en su área de trabajo para asegurarse que su trabajo sea el mejor, o destacable; a lo mejor tienen que lidiar con el Stress y de mas situaciones. Son momentos que le llegan a pesar a uno; pero cuando uno mantiene la ilusión de que no es ahí donde se quiere quedar y desea buscar más; aún esos momentos de que uno desea tirar la toalla los disfruta; pues en eso consiste realmente el amar lo que uno hace. Ese esfuerzo a la larga se reconoce y es recompensado con subir de nivel en el trabajo, y en esa otra área enfrentará otros retos, quizá aun mas estresantes, pero si mantiene su ilusión de llegar a realizar su sueño nuevamente se vera recompensado. Eso es luchar por lo que uno desea, esa puede ser una respuesta para conseguirlo, aunque no es la única.
Y Así como todos en la secundaria o preparatoria nos preguntaron como nos vemos en 10 años; también a todos nos llega el momento de detenernos en nuestro andar y preguntarnos ¿Qué hemos hecho de nuestra vida?, muchos revisarán su pasado y verán que con las dificultades, pero poco a poco ha ido cubriendo una parte del sueño que algún día tuvo; otros observarán y se sentirán que hasta el momento no han visto cumplidas
las metas y anhelos que se plantearon, y comenzarán a cuestionarse si vale la pena seguir intentándolo. No solo se puede detener uno una sola vez, sino que en distintas etapas uno puede
revisar lo que ha hecho y saberse conforme, con ganas de seguir o de plano estar como esta sin luchar más. Las estaciones pueden ser varias, la ultima será al final de nuestra vida, cuando en esa recta final analicemos si el camino que tomamos fue el adecuando, y aunque no se hayan cumplido todas las metas, uno puede decirse que esta satisfecho con lo que realizo; o también será el momento en que lamente que su vida paso de balde.
Hay que estar con la ilusión prendida, mantener los pies en la tierra al mismo tiempo, buscar los medios para conseguir los objetivos y aceptar las consecuencias, sean buenas o malas, de las decisiones que tomemos. Así al hacer un esquema comparativo de los sueños e ilusiones que nos planteamos en un momento frente a la realidad en que nos encontramos ahorita; estaremos satisfechos con los resultados, pues aunque nos este costando trabajo, tendremos la tranquilidad de que estamos en la búsqueda de conseguir nuestro triunfo personal.
Hay que estar con la ilusión prendida, mantener los pies en la tierra al mismo tiempo, buscar los medios para conseguir los objetivos y aceptar las consecuencias, sean buenas o malas, de las decisiones que tomemos. Así al hacer un esquema comparativo de los sueños e ilusiones que nos planteamos en un momento frente a la realidad en que nos encontramos ahorita; estaremos satisfechos con los resultados, pues aunque nos este costando trabajo, tendremos la tranquilidad de que estamos en la búsqueda de conseguir nuestro triunfo personal.