Estamos en el mes de Diciembre, la temporada en que se siente la emoción que causa la NAVIDAD, aunque este año las tiendas departamentales comenzaron con esta motivación casi acabando octubre. En estas temporadas, es normal pensar en las reuniones familiares, la cena navideña, el intercambio entre amigos y familia; y sobre todo organizar algo que siguen llamando POSADAS.
Si, así lo siguen llamando, aunque esto que actualmente se hace son meras fiestas en las que se come, se bebe y se convive con los amigos; de ahí en fuera, esas reuniones distan de ser una ¡VERDADERA POSADA!
El origen de las posadas no esta definido, se sabe que fue durante la etapa colonial, cuando las monjitas de los conventos, organizaban los novenarios para celebrar la fecha de nacimiento de nuestro señor Jesucristo; desde el 16 hasta el 24 se reunían por las tardes con las mujeres y hombres que acudían a misa para hacer esto. Al final de los rezos, las monjas invitaban a tomar atole o chocolate y una pieza de pan o tamales, como agradecimiento a su visita. Con el tiempo se agregó lo que era hacer el recorrido; el padre prestaba la imagen de San José y la Santísima Virgen, se elegían a nueve personas, y estas personas serian las encargadas de que por una noche los peregrinos se quedaran en su casa. Los que eran elegidos tenían la encomienda de recibir a la gente que acompañara la procesión que partía desde el templo a la primer casa, los días posteriores seria de la casa en que fueron recibidos a la siguiente, encargarse del rosario y ofrecer un alimento a los que acudían. Durante el trayecto a su nuevo destino los acompañantes entonaban cantos religiosos y hacían oraciones en voz alta. Pasado el tiempo, y con el fin de emular la travesía de San José y la Virgen, se estableció la pedida de posada, se hacia la misma procesión pero al llegar al nuevo destino se esperaban en la puerta y cantaban pidiendo posada lo que se conoce como “EN EL NOMBRE DEL CIELO, YO PIDO POSADA PUES NO PUEDE ANDAR MI ESPOSA AMADA…” Los de la casa interpretaban al que negó de principio el aposento, y después lo convence contestando el famoso verso “AQUÍ NO ES MESÓN SIGUAN ADELANTE, YO NO HE DE ABRIR, NO SEA ALGUN TUNANTE…”; ya al entrar y entonar todos el famoso “ENTREN SANTOS PEREGRINOS, PEREGRINOS, RECIBAN ESTE RINCÓN, AUNQUE ES POBRE LA MORADA, LA MORADA, OS LA DOY DE CORAZÓN” se volvía al acto del novenario y después lo que ofreciera la anfitriona. Lo de la piñata y los bolos, se dice que fue una ocasión en que las monjas de un templo recibirían a los peregrinos, pero no sabían que hacer con los niños que habitaban ahí. Llenaron unos cantaros de barro con lo que tenían en la cocina, únicamente eran cañas, mandarinas, cacahuates, jicamas y heno. Mientras los grandes rezaron el rosario, unas monjitas organizaban la diversión con los niños amarrando el cántaro para que estuviera colgado y los niños intentarán romperlo para conseguir lo que había dentro; al final las monjitas daban bolsitas con las mismas cosas que la “piñata” tenia para darlas a los niños que no agarraron nada.
Después se hizo ya una fiesta, en donde se seguía pidiendo posada, y se organizaban piñatas, esta vez ya decoradas con figuras, y ahora la gente cooperaba para que no le fuera tan pesado a la anfitriona, por lo que traían tamales, atole, chocolate y ponche, el cual estaba hecho con pasas, caña, manzana, ciruela pasa, tejocote, tamarindo, y quien quisiera le ponía alcohol para que fuera mas fuerte, y se hacia una fiesta. Esta manera de pedir posada aún se conserva en los pequeños poblados, donde la gente se sigue reuniendo para hacer las tradicionales posadas; pero en la ciudad parece que esto ya se perdió. Únicamente le llaman “POSADA” porque se reúnen en una fiesta en fechas decembrinas, pero ya no hay quien cargue los peregrinos, quien haga los cantos, ya en estas reuniones nadie hace el rosario que se hacia antes. Ahora dicen “VAMOS A UNA POSADA” y es únicamente el ir a platicar, cenar y posiblemente bailar hay quien todavía mete la piñata, pero lo que hace a una tradicional posada ya parece que murió, al menos en la zonas urbanas. Parece que se olvido lo que es primordial en esos festejos, el festejar con amigos el nacimiento de Jesús, eso es una posada cuando se hace todo lo que ya explique anteriormente. Así que ya lo saben, si los invitan a una posada no olviden llevar su velita y entonar su voz para la procesión; si no lleva este procedimiento, entonces ya saben que no es una posada, pero igual diviertanse en esa fiesta. LES DESEO QUE PASEN ALEGRE ESTAS FIESTAS, Y DISFRUTEN MUCHO ESTA TEMPORADA DE ¿POSADAS? y
Si, así lo siguen llamando, aunque esto que actualmente se hace son meras fiestas en las que se come, se bebe y se convive con los amigos; de ahí en fuera, esas reuniones distan de ser una ¡VERDADERA POSADA!
El origen de las posadas no esta definido, se sabe que fue durante la etapa colonial, cuando las monjitas de los conventos, organizaban los novenarios para celebrar la fecha de nacimiento de nuestro señor Jesucristo; desde el 16 hasta el 24 se reunían por las tardes con las mujeres y hombres que acudían a misa para hacer esto. Al final de los rezos, las monjas invitaban a tomar atole o chocolate y una pieza de pan o tamales, como agradecimiento a su visita. Con el tiempo se agregó lo que era hacer el recorrido; el padre prestaba la imagen de San José y la Santísima Virgen, se elegían a nueve personas, y estas personas serian las encargadas de que por una noche los peregrinos se quedaran en su casa. Los que eran elegidos tenían la encomienda de recibir a la gente que acompañara la procesión que partía desde el templo a la primer casa, los días posteriores seria de la casa en que fueron recibidos a la siguiente, encargarse del rosario y ofrecer un alimento a los que acudían. Durante el trayecto a su nuevo destino los acompañantes entonaban cantos religiosos y hacían oraciones en voz alta. Pasado el tiempo, y con el fin de emular la travesía de San José y la Virgen, se estableció la pedida de posada, se hacia la misma procesión pero al llegar al nuevo destino se esperaban en la puerta y cantaban pidiendo posada lo que se conoce como “EN EL NOMBRE DEL CIELO, YO PIDO POSADA PUES NO PUEDE ANDAR MI ESPOSA AMADA…” Los de la casa interpretaban al que negó de principio el aposento, y después lo convence contestando el famoso verso “AQUÍ NO ES MESÓN SIGUAN ADELANTE, YO NO HE DE ABRIR, NO SEA ALGUN TUNANTE…”; ya al entrar y entonar todos el famoso “ENTREN SANTOS PEREGRINOS, PEREGRINOS, RECIBAN ESTE RINCÓN, AUNQUE ES POBRE LA MORADA, LA MORADA, OS LA DOY DE CORAZÓN” se volvía al acto del novenario y después lo que ofreciera la anfitriona. Lo de la piñata y los bolos, se dice que fue una ocasión en que las monjas de un templo recibirían a los peregrinos, pero no sabían que hacer con los niños que habitaban ahí. Llenaron unos cantaros de barro con lo que tenían en la cocina, únicamente eran cañas, mandarinas, cacahuates, jicamas y heno. Mientras los grandes rezaron el rosario, unas monjitas organizaban la diversión con los niños amarrando el cántaro para que estuviera colgado y los niños intentarán romperlo para conseguir lo que había dentro; al final las monjitas daban bolsitas con las mismas cosas que la “piñata” tenia para darlas a los niños que no agarraron nada.
Después se hizo ya una fiesta, en donde se seguía pidiendo posada, y se organizaban piñatas, esta vez ya decoradas con figuras, y ahora la gente cooperaba para que no le fuera tan pesado a la anfitriona, por lo que traían tamales, atole, chocolate y ponche, el cual estaba hecho con pasas, caña, manzana, ciruela pasa, tejocote, tamarindo, y quien quisiera le ponía alcohol para que fuera mas fuerte, y se hacia una fiesta. Esta manera de pedir posada aún se conserva en los pequeños poblados, donde la gente se sigue reuniendo para hacer las tradicionales posadas; pero en la ciudad parece que esto ya se perdió. Únicamente le llaman “POSADA” porque se reúnen en una fiesta en fechas decembrinas, pero ya no hay quien cargue los peregrinos, quien haga los cantos, ya en estas reuniones nadie hace el rosario que se hacia antes. Ahora dicen “VAMOS A UNA POSADA” y es únicamente el ir a platicar, cenar y posiblemente bailar hay quien todavía mete la piñata, pero lo que hace a una tradicional posada ya parece que murió, al menos en la zonas urbanas. Parece que se olvido lo que es primordial en esos festejos, el festejar con amigos el nacimiento de Jesús, eso es una posada cuando se hace todo lo que ya explique anteriormente. Así que ya lo saben, si los invitan a una posada no olviden llevar su velita y entonar su voz para la procesión; si no lleva este procedimiento, entonces ya saben que no es una posada, pero igual diviertanse en esa fiesta. LES DESEO QUE PASEN ALEGRE ESTAS FIESTAS, Y DISFRUTEN MUCHO ESTA TEMPORADA DE ¿POSADAS? y
de todo corazón les deseo una MUY FELIZ NAVIDAD.