Hubo una vez, no hace mucho tiempo; una encantadora jovencita a la que tuve el gusto de conocer. Era una joven muy amable, de nobles sentimientos y extraordinario ser humano. Tuve la dicha de conocerla en un edificio en el que acudían diariamente personas extraordinarias, y a las que sigo recordando con mucho cariño. Lo único malo de aquel tiempo, es que yo era una persona muy reservada; no entablaba conversación tan fácilmente con alguien, eso si todo aquel que me buscaba sabia que podía contar conmigo para lo que se le ofreciera. Otra cosa que parecía estar en mi contra era mi estado de salud, cualquier cambio de temperatura era pretexto para que me enfermara; ¡Y VAYA NIVELES DE TOS QUE SE ME PRESENTABAN!, con decirles que un ataque de tos mío, representaría un enorme tornado en la isla de Liliput que visitara Gulliver. Pero bien dicen que no hay mal que por bien no venga, y si no ha sido por mi tos, quizá ahorita no les estaría contando esta historia.
Caminaba por esos pasillos de tan añorable edificio, cuando de pronto oí un saludo a mi persona. Ahí fue cuando la vi por vez primera. Era una jovencita muy sonriente, de rostro demasiado expresivo, además de las cualidades que ya les he mencionado, debo de reconocer que era una muchacha hermosa. Pero había un detalle, que debo confesar que me siento avergonzado por ello; ella me saludaba muy amablemente diciéndome hasta por mi nombre, y yo solo tuve a bien decirle hola, pues desgraciadamente en ese momento no sabía su nombre. Me sentí terrible por esa situación, pero ya el mal estaba hecho y no lo podía remediar.
Pero el tiempo sabe el momento y lugar preciso para introducir a las personas en la vida de alguien. Y fue así que me dieron la oportunidad de enmendar mi error, y pude conocerla más a fondo. Era la joven más simpática, divertida, amena buena onda que hasta el momento había conocido. Creo que me faltarían calificativos para poder decirles la personalidad de tan adorable persona. Compartimos muchos momentos alegres ella y yo, junto con otras encantadoras y bellas amigas. Pero bien dicen que no siempre la vida es miel sobre hojuelas. Tambien hubo momentos en mi vida y en la de ella, en la que sentíamos que el mundo se nos venía encima; y para esos momentos, estaba nuestra amistad, para apoyarnos uno al otro. No tengo porque ocultarlo, pues los que fueron testigos de esta historia lo saben, que Esta damisela fue una de mis amigas especiales. No había cosa que no hiciera por ella, bueno también por otras cuatro jovencitas que había ahí; pero supongo que por esta amiga ponía más énfasis, y digo “supongo” porque, como en todos lados existe el RADIO PASILLO, no faltaba quien viera imágenes que no son; y se decía que de mi parte las intensiones que tenia hacia ella eran otras. Pero para mi era solamente una amiga muy especial.
Pero bien dicen que cuando las cosas se están poniendo de maravilla, viene el diablo a voltear la tortilla y echa a perder lo que hasta el momento esta extraordinariamente. Las circunstancias hicieron que nuestros caminos se separarán, y para colmo de males a mi me pusieron una piedra en el camino que me costo trabajo mover, haciéndome quedar atrás del camino de mis amigos. Pude quitar esa piedrita, que en ese momento veía como una roca; y poco a poco fui alcanzando el paso de los amigos que había dejado de ver por ese obstáculo. Pero de mi amiga nada. Sabia donde contactarla, pero era tal la admiración que le tenía que me era complicado volver a presentarme en su vida.
Pero ya lo dije, el tiempo es muy sabio y sabe cuando deben aparecer o regresar las personas a nuestra vida, Y un día, nos volvimos a encontrar. A lo lejos del camino, logre visualizarla nuevamente, le grite que me esperará, y corrí a saludarla de manera efusiva, pero ya no iba sola en su camino; junto a ella estaba un joven, agradable, ameno, buena onda. Era muy evidente la felicidad que su rostro desprendía. Toda ella era rodeada con la luz de la felicidad, y todos los que los veían sentían esa dicha. Eso causo que mi felicidad aumentará, pues no solo me reencontraba con mi queridísima amiga, sino que me contagiaba de su felicidad. Como si nunca se hubiera separado nuestros caminos, seguimos compartiendo los momentos de alegría y tristeza.
Sin embargo esta vez las ocupaciones hicieron esporádicas nuestras reuniones, pero seguíamos comunicándonos en uno con el otro. Pero nuevamente el Diablo metió su cuchara y no nos daba oportunidad de encontrar tiempo para reunirnos.
Hace unos días atrás, me llego una fotografía; era mi amiga, la foto era muy brillante, y no porque la luz de la cámara hubiera afectado, sino que era tal la felicidad que en ella había que la luz que la rodeaba se salía de la foto. Pero no estaba sola, a su lado estaba aquel amable joven con el que la encontré nuevamente. Ambos vestían de manera elegante, ella con un vestido blanco elegido a su gusto, y él un traje que lo hacia ver como un caballero de fina estampa. Esa imagen sencilla me hizo dibujar en mi cara una sonrisa, pues para mi no hay mayor dicha que ver felices a mis seres queridos, ¡Y MAS! Si es alguien tan querido como esa amiga a la que conocí en aquel edificio que al que le tengo gratos recuerdos. ¿Qué cual es el nombre de mi amiga? Bueno si usted fue testigo de esta historia ya sabe de quien hablo, pero si no, permítame decirle que el nombre va acorde a su personalidad y belleza, pues con solo escucharlo cualquier persona diría que es digno de alguien de la realeza. Su nombre es DENISSE WARREN SUAREZ, y desde este espacio quiero desearle a ella y a su esposo JORGE ESPINOSA toda la dicha y la felicidad que la vida les pueda dar. Que sepan afrontar juntos los momentos de dificultad que la vida pueda presentarles, Que sepan darse apoyo cuando alguno se sienta que no puede manejar alguna situación; pero que sobre todo sepan hacerse felices el uno al otro. Que ojala y sean bendecidos con una buena familia, y de mi parte reciban todo mi aprecio, cariño y apoyo. Sépanse que siempre estaré cuando me necesiten y que siempre tendrán mis mejores vibras. Y espero de verdad que… VIVAN FELICES PARA SIEMPRE.
Caminaba por esos pasillos de tan añorable edificio, cuando de pronto oí un saludo a mi persona. Ahí fue cuando la vi por vez primera. Era una jovencita muy sonriente, de rostro demasiado expresivo, además de las cualidades que ya les he mencionado, debo de reconocer que era una muchacha hermosa. Pero había un detalle, que debo confesar que me siento avergonzado por ello; ella me saludaba muy amablemente diciéndome hasta por mi nombre, y yo solo tuve a bien decirle hola, pues desgraciadamente en ese momento no sabía su nombre. Me sentí terrible por esa situación, pero ya el mal estaba hecho y no lo podía remediar.
Pero el tiempo sabe el momento y lugar preciso para introducir a las personas en la vida de alguien. Y fue así que me dieron la oportunidad de enmendar mi error, y pude conocerla más a fondo. Era la joven más simpática, divertida, amena buena onda que hasta el momento había conocido. Creo que me faltarían calificativos para poder decirles la personalidad de tan adorable persona. Compartimos muchos momentos alegres ella y yo, junto con otras encantadoras y bellas amigas. Pero bien dicen que no siempre la vida es miel sobre hojuelas. Tambien hubo momentos en mi vida y en la de ella, en la que sentíamos que el mundo se nos venía encima; y para esos momentos, estaba nuestra amistad, para apoyarnos uno al otro. No tengo porque ocultarlo, pues los que fueron testigos de esta historia lo saben, que Esta damisela fue una de mis amigas especiales. No había cosa que no hiciera por ella, bueno también por otras cuatro jovencitas que había ahí; pero supongo que por esta amiga ponía más énfasis, y digo “supongo” porque, como en todos lados existe el RADIO PASILLO, no faltaba quien viera imágenes que no son; y se decía que de mi parte las intensiones que tenia hacia ella eran otras. Pero para mi era solamente una amiga muy especial.
Pero bien dicen que cuando las cosas se están poniendo de maravilla, viene el diablo a voltear la tortilla y echa a perder lo que hasta el momento esta extraordinariamente. Las circunstancias hicieron que nuestros caminos se separarán, y para colmo de males a mi me pusieron una piedra en el camino que me costo trabajo mover, haciéndome quedar atrás del camino de mis amigos. Pude quitar esa piedrita, que en ese momento veía como una roca; y poco a poco fui alcanzando el paso de los amigos que había dejado de ver por ese obstáculo. Pero de mi amiga nada. Sabia donde contactarla, pero era tal la admiración que le tenía que me era complicado volver a presentarme en su vida.
Pero ya lo dije, el tiempo es muy sabio y sabe cuando deben aparecer o regresar las personas a nuestra vida, Y un día, nos volvimos a encontrar. A lo lejos del camino, logre visualizarla nuevamente, le grite que me esperará, y corrí a saludarla de manera efusiva, pero ya no iba sola en su camino; junto a ella estaba un joven, agradable, ameno, buena onda. Era muy evidente la felicidad que su rostro desprendía. Toda ella era rodeada con la luz de la felicidad, y todos los que los veían sentían esa dicha. Eso causo que mi felicidad aumentará, pues no solo me reencontraba con mi queridísima amiga, sino que me contagiaba de su felicidad. Como si nunca se hubiera separado nuestros caminos, seguimos compartiendo los momentos de alegría y tristeza.
Sin embargo esta vez las ocupaciones hicieron esporádicas nuestras reuniones, pero seguíamos comunicándonos en uno con el otro. Pero nuevamente el Diablo metió su cuchara y no nos daba oportunidad de encontrar tiempo para reunirnos.
Hace unos días atrás, me llego una fotografía; era mi amiga, la foto era muy brillante, y no porque la luz de la cámara hubiera afectado, sino que era tal la felicidad que en ella había que la luz que la rodeaba se salía de la foto. Pero no estaba sola, a su lado estaba aquel amable joven con el que la encontré nuevamente. Ambos vestían de manera elegante, ella con un vestido blanco elegido a su gusto, y él un traje que lo hacia ver como un caballero de fina estampa. Esa imagen sencilla me hizo dibujar en mi cara una sonrisa, pues para mi no hay mayor dicha que ver felices a mis seres queridos, ¡Y MAS! Si es alguien tan querido como esa amiga a la que conocí en aquel edificio que al que le tengo gratos recuerdos. ¿Qué cual es el nombre de mi amiga? Bueno si usted fue testigo de esta historia ya sabe de quien hablo, pero si no, permítame decirle que el nombre va acorde a su personalidad y belleza, pues con solo escucharlo cualquier persona diría que es digno de alguien de la realeza. Su nombre es DENISSE WARREN SUAREZ, y desde este espacio quiero desearle a ella y a su esposo JORGE ESPINOSA toda la dicha y la felicidad que la vida les pueda dar. Que sepan afrontar juntos los momentos de dificultad que la vida pueda presentarles, Que sepan darse apoyo cuando alguno se sienta que no puede manejar alguna situación; pero que sobre todo sepan hacerse felices el uno al otro. Que ojala y sean bendecidos con una buena familia, y de mi parte reciban todo mi aprecio, cariño y apoyo. Sépanse que siempre estaré cuando me necesiten y que siempre tendrán mis mejores vibras. Y espero de verdad que… VIVAN FELICES PARA SIEMPRE.
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